sábado, 25 de septiembre de 2010

85.-TRAINSPOTTING

DIRIGIDA POR: Danny Boyle
INTÉRPRETES: Ewan McGregor, Ewen Bremmer, Robert Carlyle, Johnny Lee Miller, Kelly Macdonald, Peter Mullan, Kevin McKidd
AÑO: 1996/DURACIÓN: 93’/GÉNERO: Adaptación literaria, humor negro

                 

    -“Elige una vida, elige un trabajo, elige una familia, elige una maldita tele grande, elige lavadoras, elige coches, elige lectores de discos compactos, elige abrelatas electrónicos, elige un bricolage y preguntarte quien coño eres los domingos por la mañana, elige estar tumbado en el sofá mirando embrutecedores y animalizantes concursos de televisión atiborrándote de comida basura, elige pudrirte después de todo en una miserable casa que no sea más que la vergüenza de los malditos mocosos egoístas que has engendrado para que te sustituyan, elige un futuro…pero…¿Por qué iba yo a hacer eso? Yo elegí no elegir la vida. ¿Razones? No hay razones. ¿Quién necesita razones teniendo heroína?”

    “Trainspotting” es un film fascinante, con un sólido guión e interpretada brillantemente, es considerada una de las mejores películas de los 90. Cuenta con algunos de los jóvenes que eran y siguen siendo promesas del país: Ewan McGregor, Robert Carlyle, el guionista John Hodge, que fue nominado al Oscar y Danny Boyle, quien precisamente acaba de arrasar en los Oscars por su original obra, “Slumdog Millonaire” (2008).

    Sin lugar a dudas, ésta fue la película que catapultó al joven McGregor a la fama: Ewan, ya sabía lo que era trabajar con el director Boyle, ya que coincidieron juntos en “Tumba abierta” (1995). McGregor es un chico bien parecido, que gusta mucho a las chicas. Aquí, me temo que no se da el caso. Los quince kilos que tuvo que adelgazar para dar vida al esquelético yonqui, se notan bastante. Contrasta demasiado con el de “Moulin Rouge” por ejemplo. Pero dejando el físico de lado, que es lo de menos, éste es el mejor papel de su carrera. Y lo mismo digo de Robert Carlyle, quien es más conocido por su papel principal en “Full Monty” (1997) o el de villano en una de la serie de James Bond, “El mundo nunca es suficiente” (1999). Pero yo jamás olvidaré su actuación como psicópata alcohólico y violento en este largometraje. Es el que más gracia me hace. En cuanto al resto de jóvenes actores británicos, Ewen Bremmer, será el que veremos más tarde en el peliculón de Woody Allen, “Match Point” (2005), haciendo de policía. Y Johnny Lee Miller, que también está muy bien en su papel de Sick Boy, otro joven heroinómano que siempre anda trapicheando y está obsesionado con James Bond. Me da en la naríz, de que este papel iba dirigido exclusivamente para él, porque en la vida real, es el sobrino de Bernard Lee, el actor que encarnó a M (el superior directo de Bond), en las once primeras películas de la serie.

    Esta es una película dura y tétrica sobre el tema de las drogas, según la polémica novela del escritor Irvine Welsh.

    Edimburgo (Escocia). Mark Renton (Ewan McGregor), es un joven veinteañero escocés adicto a las drogas, sobre todo a la heroína. Y como él, están el resto del grupo de amigos, Sick Boy (Johnny Lee Miller), Spud (Ewn Bremmer), Tommy (Kevin McKidd), “La madre superior” (Peter Mullan) y Begbie (Robert Carlyle), que es el único que “no le pega a las drogas, le pega a la gente”. Ya lo dice en más de una ocasión: “-Jamás envenenaría mi organismo con esa mierda. Es puta química”. Es el típico camorrista violento que busca pelea con cualquiera y con todo el mundo, le hace sentir vivo, es su forma de divertirse. Todo eso mezclado con grandes cantidades de alcohol, da como resultado, una bomba a punto de explotar. Mark deambula por los suburbios de Edimburgo* con sus amigos, un puñado de rateros perdedores. Pero sólo él tiene la inteligencia y la oportunidad para escapar de su destino, así que… ¿Quiere realmente decir sí a la vida? Decir sí a un buen trabajo, a un futuro…Mark es listo, gracioso, enfermizo y, a veces, simplemente inconsciente. Pero sólo depende de él, si quiere realmente huir de ese panorama…
*Si nos paramos a pensar, Edimburgo es la ciudad natal de Sean Connery, el primero, el genuino, el mejor James Bond de todos. No es casualidad, sino un guiño más al mito Bond. Porque en realidad la película se rodó en Glasgow, pero ellos nos quieren hacer ver que es Edimburgo.

    El abuso de las drogas se presenta como una opción llena de atractivo; las horrorosas alucinaciones de Renton incluyen una zambullida en “el retrete más sucio de toda Escocia” en el intento de recuperar los narcóticos perdidos y las imágenes inolvidables de un bebé muerto que gatea por el techo y lo acosa cuando está “con el mono”, en pleno proceso de desintoxicación. Pero Mark consigue desengancharse, y unos meses más tarde, después de hacer “el trapicheo más importante de toda una vida de trapicheos”, Renton traiciona a sus colegas. Huye con todo el dinero que habían sacado de la venta de heroína. Lo suficiente como para poder vivir sin problemas un buen tiempo.”…que no era para tanto, sólo una pequeña traición o, que nuestras vidas habían ido por caminos cada vez más distintos, ese tipo de cosas. Pero afrontémoslo: les dí el palo a mis supuestos colegas; a mí Begbie me importaba una mierda y Sick Boy, él me habría hecho lo mismo a mí, si se le hubiese ocurrido primero y Spud…bueno vale, lo sentí por Spud, él nunca le hizo daño a nadie.” Spud es casi un despojo humano, da bastante pena, pero es un buen tío, lo que pasa es que ha elegido el camino equivocado. Tiene un punto de dulzura, de lealtad, sin rencor ni ganas de herir. El pobre, busca trabajo como un desesperado, pero no lo encuentra ni a la de tres. Y más si va a las entrevistas de Speedy hasta las cejas. Por eso Rentie, le deja un buen fajo de billetes en la taquilla.

    Grandísima película, que marcó a toda una generación de jóvenes (yo me incluyo) de la época. Con un guión sobresaliente, una dirección prácticamente novel, en la que se plasma esa frescura con la que está elaborada la historia, con un innovador argumento y un elenco de actores jóvenes impresionantes, esta película, resulta mordazmente entretenida, en ningún momento decae, el tiempo vuela en este film repleto de escenas memorables como casi todas en las que salen McGregor y Carlyle y surrealistas como la del váter. Todo esto acompañado de una buena fotografía y una banda sonora inolvidable* en la que intervienen músicos como Iggy Pop, dieron lugar a una obra de culto, que ha dado mucho de qué hablar. Pocas películas han retratado tan bien el tema de las drogas (en concreto la heroína) como ésta.
*A día de hoy, aún se escucha en muchos sitios, sobretodo el tema de “Underworld” en alguna que otra discoteca.

    ¿Mis escenas favoritas? Prácticamente todas, pero sobre todo la del “mal viaje” de Mark, su posterior odisea para desengancharse, el desconcierto y cabreo de Begbie por haberse liado con un tío, creyendo que era una tía y la huída final de nuestro protagonista:”-Lo cierto es que soy una mala persona, pero eso va a cambiar, yo voy a cambiar. Es la última vez que hago algo así. Ahora voy a reformarme y dejar esto atrás. Ir por el buen camino y a elegir la vida. Estoy deseándolo. Voy a ser igual que vosotros: el trabajo, la familia, el televisor grande que te cagas, la lavadora, el coche, el equipo de compac-disc y el abrelatas eléctrico, buena salud, colesterol bajo, seguro dental, hipoteca, piso-piloto, ropa deportiva, traje de marca, bricolage, tele-concursos, comida basura, niños, paseos por el parque, jornada de 9,00 a 17,00, jugar bien al golf, lavar el coche, jerseys elegantes, navidades en familia, planes de pensiones, desgravación fiscal…ir tirando mirando hacia delante hasta el día en que la palmes.”

    No me cabe la menor duda, de que ésta es una de mis películas favoritas. Si tuviera que elegir 10 de 101, ésta estaría entre las 10 mejores, sí. Ahora que están de moda las continuaciones, ya podría haber una secuela de ésta. Sería mucho peor, estoy seguro, pero sería muy gratificante poder volver a disfrutar de las andanzas del héroe heroinómano.




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