viernes, 24 de septiembre de 2010

24.-TAXI DRIVER

DIRIGIDA POR: Martin Scorsese
INTÉRPRETES: Robert De Niro, Harvey Keitel, Jodie Foster, Cybill Shepherd
AÑO: 1976/DURACIÓN: 116’/GÉNERO: Drama

                      

    Peliculón. Brutal película que narra las andanzas de un excombatiente de Vietnam llamado Travis Bickle (Robert De Niro), que a sus veintiséis años quiere aprovechar el insomnio del que padece trabajando de noche como taxista. Y es aquí cuando empieza a frustrarse ante la decadencia social de su ciudad, Nueva York. Pero en un último intento por reintegrarse en la sociedad, corteja a una hermosa mujer que colabora en una campaña política, se trata de Betsy (Cybill Sheperd), pero no da resultado cuando en su primera cita Travis le lleva a un cine porno. No es que éste sea un obseso sexual ni un bicho raro, pero le atraen las cosas que él afirma despreciar, asqueado de sí mismo y de lo que ve, decide tomarse la justicia por su cuenta. “-Escuchad imbéciles de mierda: aquí hay un hombre que va a hacer frente a la chusma, los indeseables, la escoria, la podredumbre, la porquería, la mierda…” Planea asesinar a un popular candidato a la presidencia. Pero cuando este plan también fracasa, trata de redimir a la sociedad y emprende una misión suicida que consiste en rescatar a una prostituta menor de edad (jovencísima Jodie Foster) del chulo que la explota. Papel que interpretaría Harvey Keitel, quien está fabuloso haciendo de proxeneta. Es un pedazo de actor.

    Hay tantos ingredientes para que esta película sea la que es, que no podía salir mal. La fotografía de Michael Chapman (quien se encargó posteriormente de la de “Toro salvaje” también), la voz en off de Bickle,-“algún día vendrá lluvia de verdad y hará desaparecer toda esta escoria de las calles”, la partitura con toques jazzísticos de Bernard Herrmann, quien falleció justo después de haber terminado la partitura de la película…

    No es que Travis sea un tío raro, como le dice Sport (Harvey Keitel), sino que es más bien un incomprendido, un ser marginal, un hombre solitario que no está de acuerdo con el rumbo que ha tomado la inmensa mayoría de la sociedad de los setenta. Y visto que nadie hace nada al respecto, él mismo decide plantar cara. Él ya no puede más, y mientras ve la televisión, la tira y dice “-todo es una mierda”. Así que le da por ponerse en forma porque afirma que tanto tiempo sentado (en el taxi) le está deformando el cuerpo.-“No tomaré más alimentos específicos ni más alimentos de mala calidad. No tomaré más cosas que me puedan perjudicar. Desde ahora me dedicaré a recuperarme. Todos mis músculos volverán a ser fuertes.”

    La voz en off de Travis, es un gran acierto por parte de Martin, como también lo es la arriesgada y famosa escena en la que nuestro protagonista se halla sólo en su apartamento y empieza a hablarle armado a un espejo grande, como si éste fuera una persona.-“¿Me lo dices a mí? Dime, ¿es a mí a quien te diriges?... ¿estás hablando conmigo?...Aquí no hay nadie más que yo… ¿Con quién puñetas hablas?... ¿Ah sí?...” y desenfunda la pistola. Esta escena no estaba escrita en el guión, fue improvisada por el talentoso actor, que en realidad, según él y Martin, se la inspiró un amigo común que había estado en Vietnam. También tiene un toque misógino cuando Betsy (la chica que le atrae), no quiere volverle a ver y se dice a sí mismo:-“Ahora me doy cuenta de que es como las demás, fría y distante. Forman como un gremio, mujeres en su mayoría.” Las escenas en las que vemos que Martin (que hace un cameo interpretando a un lunático que se sube al taxi), enfoca y hace un zoom hacia un vaso de agua con una pastilla efervescente tipo “couldina” y vemos como se disuelve, es una original y genial idea que nos quiere transmitir algo, algo importante. Pero eso ya se lo dejo a usted para que lo averigüe.

    Aunque tuvo un éxito comercial notable, también tuvo muchas controversias. Hubo quien vio en ella una extraordinaria radiografía de un marginado que recurre a la violencia para expresar sus frustraciones. Para otros no era más que una repulsiva cinta cuyo dudoso contenido podía dar peligrosas ideas a cualquier desequilibrado. Por ejemplo un joven llamado John Hinckley se hizo famoso porque intentó asesinar al presidente Ronald Reagan para impresionar a la actriz Jodie Foster. El perturbado confesó haber visto “Taxi driver” más de quince veces.

    De Niro estuvo meses conduciendo un taxi de noche por Nueva York, para prepararse el papel. Y asegura que poca gente le reconoció, pues por aquel entonces ya era famoso. Uno de los pocos clientes que le reconoció, le dijo entre risas: “-Así es el trabajo del actor: un año gana un Oscar y al siguiente está frente al volante de un taxi.” Ya había trabajado en “Malas calles” (1973) también de Scorsese, “El padrino II” (1974), “Novecento” (1976) de Bernardo Bertolucci….Resumiendo, papelón de Bob De Niro y magistral dirección de Martin Scorsese, quien se basó en el guión de Paul Schrader. Si no la ha visto aún… ¡no se la pierda!


                






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