viernes, 24 de septiembre de 2010

48.-PLATOON

DIRIGIDA POR: Oliver Stone
INTÉRPRETES: Charlie Sheen, Tom Berenger, Willem Dafoe, Forest Whitaker, Kevin Dillon, Johnny Depp
AÑO: 1986/DURACIÓN: 120’/GÉNERO: Bélico

                       

    Esta es la primera parte de la trilogía de Vietnam de Oliver Stone. Luego vendrían “Nacido el 4 de julio” (1989) con un Tom Cruise excelente y “El cielo y la tierra”, la más pacífica y sosegada de las tres. Sin duda alguna, “Platoon” es la mejor de la trilogía y creo que de toda la filmografía de Stone. Es una película muy coral, en la que refleja mucho la confusión de la guerra. Otras películas en cambio, son mucho más simplistas porque se ve una guerra en encuadre único por decirlo de alguna manera. Y la verdad es que el cine “moderno-bélico” sí que te sumerge un poc en la confusión, en el caos, en el miedo. Más que una película anti-Vietnam, la veo como una reflexión sobre la violencia de la sociedad americana de entonces. Cuando se estrenó en EEUU tuvo un ataque feroz por parte de toda la derecha americana, porque es muy de izquierdas, pero por eso tuvo tanto éxito.

    “Platoon” cuenta las experiencias del joven de 19 años Chris Taylor (Charlie Sheen), un muchacho idealista de clase media que se alista voluntario en el ejército, ignorante de los horrores que va a conocer. Una vez allí, las cartas que manda a casa (narradas por Sheen, a veces de un modo similar a como su padre, Martin Sheen, narraba su aventura épica de “Apocalypse Now”) detallan la relación con sus compañeros y con los dos sargentos que dividen el pelotón; el casi hippy e idealista Elías Grodin (Willem Dafoe) que se droga (como hacía la mayoría del ejército americano) para escapar de las pesadillas que suceden a su alrededor, y el peligroso y violento Bob Barnes (Tom Berenger) y que parecen pelear por controlarlo y por hacerse con el alma inmaculada de Chris.

    El personaje de Charlie Sheen, es como un niño que tiene dos padres, es lo más atractivo de la película. Este personaje narrador, es un chico de buena familia, que se alista de forma voluntaria, como lo hizo también en su día, el director, Oliver Stone.

    El tema dominante, es como va a sobrevivir nuestro protagonista, física y moralmente, ya que desde el principio nos damos cuenta de que no está preparado. Aunque la originalidad del argumento es que no nos hablan de un enemigo, que evidentemente sabemos que es el Vietcong, que sale muy poco, sino de que los enemigos son ellos mismos, pero entre ellos y consigo mismo, porque Taylor es como una especie de viaje iniciático desde la inocencia hasta la perversidad, ya que se acaba convirtiendo en un mero ejecutor de la guerra. Está muy bien reflejada la lucha entre ellos mismos. De hecho Chris lo dice en una de sus cartas a su abuela. “No luchábamos contra el enemigo sino contra nosotros mismos”. Al final es casi como una guerra civil. Lo que es obvio es que los pilares estructurales de la narración, el enfrentamiento entre los dos sargentos y esa especie de hijo adoptivo, el soldado Taylor, que poco a poco se van produciendo cambios en él, por ejemplo cuando hace bailar a un vietnamita a base de tiros.

    La película está constantemente mandando mensajes, como “Apocalyse Now” (1979) de F.F.Coppola o “El cazador” (1978) de Michael Cimino. Pero claro, hay muy pocas películas bélicas que no mandan mensajes. Mensaje debe tener, de acuerdo, pero aquí es tan evidente que hasta un niño lo captaría. Es un film muy verídico, no en el sentido de que esté basado en hechos reales, sino en que casi todo el largometraje está rodado con varias cámaras en steadycam, y tienes la sensación de estar ahí, a veces parece un documental. Sus secuencias nocturnas, están maravillosamente iluminadas por un fotógrafo estupendo. Contiene escenas brutales para lo bueno y para lo malo, pues sientes que si estás ahí, de morir no te libras. Las secuencias de acción, son espléndidas. La claridad con la que rueda por ejemplo ese montaje paralelo de los dos sargentos buscándose (bueno en realidad uno huyendo y otro buscándolo), la verdad es que está montado con una rapidez y limpieza absoluta. Es casi una cita con la muerte, esos primerísimos primeros planos a los ojos de ambos, uno con ansia de matar y otro dándose cuenta de que le va a disparar. Luego nos damos cuenta de la pequeñez del ser humano desde arriba en el helicóptero, sin que nadie pueda hacer nada, y se le ve morir acribillado con los brazos en alto y arrodillado, en una posición religiosa. Aunque pueda parecer muy retórico, mi plano favorito es cuando despierta el recluta Taylor por la mañana, después del combate y ve un ciervo. Este animal es una especie de representación de la vida en mitad de la selva. Es como la reaparición de la realidad. Me parece que es una idea brillantísima del guión y de puesta en escena, dificilísima de hacer por cierto. También hay una secuencia nocturna que me gusta mucho, que es la conversación entre Taylor y Elías y éste le dice que es un país hermoso por sus estrellas, porque no hacen nada malo, simplemente están ahí, representando el papel de testigos de la guerra. Son pequeñas calas en una película de acción. Aunque visualmente, la mejor escena rodada, es el último enfrentamiento entre los dos sargentos, ese cruce de miradas; junto con la batalla final, que es nocturna, pero en realidad hay unos segundos en que podemos ver entre los árboles que el cielo es azul, es decir que eso fue una noche en una zona muy sombría, pero no de noche del todo, porque hay momentos que se ve un poco el citado cielo azul. Está apoyado en la oscuridad, en la frondosidad y en las explosiones.

    Oliver Stone, quien probablemente todos sabrán ya que estuvo un año en el infierno (Vietnam), entró en la guerra siendo de derechas y salió siendo de izquierdas. Industrialmente es un director muy competitivo y solvente. Viene de la publicidad como Riddle Scott o su hermano Tony. Stone, quien hace un Cameo en el film, trabajó durante diez años en el guión. Por eso está tan elaborado, y estuvo nominado al Oscar, pero al final no se lo llevó por el guión, sino por la mejor dirección, mejor película, mejor montaje y mejor sonido (el ruido de los disparos y los helicópteros es impresionante). Oliver describe y dirige fenomenal a los actores. Hay personajes muy interesantes, los latinos, los afroamericanos, los mulatos, los chicanos…pero sobre todo el trío protagonista está de fábula. Charlie Sheen, en su mejor papel, después de “Wall Street” (1987) del mismo director, Tom Berenger, está excepcional, porque él casi siempre ha hecho de bueno y en ésta cambia de registro y lo borda. Y Willem Dafoe, que es un magnífico actor, pero a mi juicio tiende a sobreactuar en cuanto le dejan, también está estupendo, tiene mucha credibilidad. Tanto Tom, como Willem fueron nominados junto con la mejor fotografía y guión pero no se lo llevaron. También hay que tener en cuenta el maquillaje, con esas tropas envejecidas y ese sudor constante.

    Junto al Vietnam visto por Kubrick, “La chaqueta metálica” (1987) y por Coppola, “Apocalypse Now” (1979), lo mejor del cine bélico.

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