viernes, 24 de septiembre de 2010

50.-LA CHAQUETA METÁLICA (FULL METAL JACKET)

DIRIGIDA POR: Stanley Kubrick
INTÉRPRETES: Matthew Modine, R. Lee Ermey, Adam Baldwin, Vincent D’ Onofrio, Arliss Howard, Kevin Major Howard
AÑO: 1987/DURACIÓN: 112’/GÉNERO: Bélica


                     


    “-¡Soy el sargento de artillería Hartman, vuestro instructor-jefe! ¡A partir de ahora únicamente hablaréis cuando se os hable y la primera y la última palabra que saldrá de vuestros sucios picos será ‘señor’! ¿Me entendéis bien capullos? (-¡Señor, sí señor!) ¡Qué coño! ¡No os oigo, gritad como si tuvierais huevos! (-¡¡Señor, sí señor!!) ¡Si alguno de vosotros nenas, sale de esta isla, si sobrevivís al entrenamiento, seréis como armas, ministros de la muerte, siempre en busca de la guerra, pero hasta ese día sois una cagada, lo más bajo y despreciable de la Tierra, ni siquiera algo que se parezca a un ser humano, sólo sois una cuadrilla de desgraciados, una panda de mierdas-inútiles pasados por agua! ¡Como soy muy duro, sé que no voy a gustaros, pero cuanto peor os caiga, mejor aprenderéis! ¡Soy duro pero soy justo y aquí no hay ninguna intolerancia racial! ¡Yo no desprecio a nadie porque sea negro, judío, latino o chicano! ¡Aquí todos sois igual de insignificantes y mis órdenes son acabar con aquellos que no sean capaces de dar la talla en mi amado cuerpo! ¿Me entendéis capullos? (-¡Señor, sí señor!) ¡Coño! ¡Más alto! (-¡¡Señor, sí señor!!)”

    Vietnam visto por Kubrick: es significativo que construyera su propio Vietnam en Gran Bretaña (no me extraña, después de todo lo que le pasó a Coppola en “Apocalypse Now”…) El Vietnam de Kubrick es una fábrica de gas abandonada en las afueras de Londres, cerca del Támesis. Y su campamento de Carolina del Sur, son los barracones militares ingleses de Bassingbourn. Aunque a mi juicio, el único "pero" que le sacaría es que se nota (sobre todo en la segunda parte de la película), que es un decorado. Vale que las palmeras son artificiales y dan el pego, de acuerdo. Pero los edificos en ruinas, se nota que son decorados y que no está rodada en ningún archipiélago asiático, ya que se ve en algunas escenas que sale baho de las bocas de los soldados. Que yo sepa en Vietnam, no hace frío, más bien hay una humedad y un calor de mil demonios. Aún así, es una obra artística cautivadora. ”La chaqueta metálica”, con su narración desde los comienzos del adiestramiento y su técnica para embrutecer a sus hombres hasta la pesadilla vivida en la batalla, ha sido calificada como un triunfo cinematográfico, como la mejor película bélica jamás realizada según la crítica canadiense.

    Es un film despiadado, cómico, espeluznante y conmovedor a partes iguales, pues retrata aspectos de la guerra jamás mostrados en ningún otro largometraje. Por ejemplo, en el inicio de la película, vemos la original escena de los rostros de varios jóvenes a los que les está afeitando la cabeza con la canción de fondo de “Hello Vietnam”. El barbero sabe lo que hace; la maquinilla rasura una franja amplia en la coronilla y el resto del pelo se retira con un par de pasadas rutinarias. Éste es el primer paso de la metamorfosis. El resto vendrá después. Es el primer día que pasan en el campamento militar (Parris Island), donde se entrenan para seguir en Vietnam, su destino. El responsable del campamento, (su “transformador” por decirlo de alguna manera), es el Sargento Hartman (R. Lee Ermey*), quien, con un torrente continuo de obscenidades y crueles humillaciones, les destroza la personalidad, borra sus identidades poniéndoles apodos (Recluta Patoso, Bufón, Copo de nieve, Cowboy…) y los transforma en máquinas de matar.”-¡Demonios! ¡Tú no sabes escribir, tú sabes matar!” (-“¡Matar! ¡Señor, sí señor!”).
*La película está claramente dividida en dos actos, el de la instrucción y preparación para la guerra y el del Vietnam puro y duro. Bien pues Kubrick tuvo que rodar antes el segundo episodio y luego el primero ya que el actor que aparece durante los primeros tres cuartos de hora, R. Lee Ermey, aún no estaba disponible. El caso es que mereció la pena la espera, ya que es el alma de la película, el centro de atención del espectador. Jamás se había visto en la gran pantalla (ni lo he visto desde entonces), un Sargento tan duro. Lo comparas con cualquiera, con el Sargento afro-americano de “Oficial y caballero” (1982), y éste parece Bambi comparado con Hartman. Ermey, que no se le ha visto en muchas películas, la nueva versión de “La matanza de Texas” y poco más, borda el papel. Lo hace tan bien, que a penas siguió el guión, la mayoría de las frases que dice son suyas. Y es que el hombre era Sargento en la vida real, por eso no fue nominado al Óscar.

    Uno de los reclutas, es el soldado Bufón (Matthew Modine), el protagonista y narrador de la película. Hartman le asigna la tarea de vigilar y enseñar a Leonard, un soldado gordinflón y poco espabilado al que llaman recluta Patoso.”-Él te enseñará hasta a mear. El recluta Patoso es un bobo y un ignorante, pero los tiene bien puestos y eso basta.” Poco a poco, con mucha paciencia, el recluta Patoso “se ha hecho un hombre” y progresa en todo, incluso tiene buena puntería. Pero una cosa no quita la otra: Ante tanta disciplina y dureza, tanto por parte del Sargento como de sus compañeros, que le dan un severo castigo por tener que pagar siempre ellos el pato por sus múltiples errores, el recluta Patoso acaba perdiendo la chaveta, y con una mirada tan asesina como maligna en la que resuena la locura del “pequeño Álex” de “La naranja mecánica” (1971) o del desquiciado Jack Torrance de “El resplandor” (1980), mata a su “creador-torturador”, (el Sargento Hartman) de un disparo en el pecho. Y acto seguido, con el mismo fusil, se suicida con el recluta Bufón de testigo, volándose la tapa de los sesos.

    Corte. Bufón ha acabado el entrenamiento básico y ya está en Vietnam. Ahora es el corresponsal del periódico militar “Barras y Estrellas” y contribuye a mantener alta la moral de las tropas escribiendo crónicas muy manipuladas. Junto al fotógrafo, (el recluta Rompetechos), acompaña a un pelotón con experiencia al frente donde casi es víctima de sus mentiras propagandísticas y se encontrará a su viejo amigo, su “gilipollas favorito” que coincidió con él en el campamento de Carolina del Norte, el recluta Cowboy (Arliss Howard) y tendrá también un “rifi-rafe” con el Rambo de turno, el soldado Pedazo de animal (Adam Baldwin). ”-Largas muy bien Bufón…te los cargas tan bien…” Una vez en la batalla a vida o muerte en la ciudad en ruinas de Hue (que como ya he dicho antes, Kubrick la reprodujo en una fábrica de gas abandonada de Londres con palmeras artificiales), Bufón se da cuenta de que aquí tampoco hay lugar para las bromas. Esto no es cosa de risa, esto no es Bambi. Hay enemigos por todas partes, incluso las prostitutas forman parte del Vietcong, de hecho una de ellas, ha tenido relaciones sexuales con parte de la unidad en la que está Bufón, es la francotiradora que desde lo alto de un edificio en ruinas, ha matado a varios soldados: el doctor, Ébano y Cowboy. Pero cuando los demás la atrapan, se dan cuenta de que es la joven ramera grácil y esbelta que había estado con ellos antes. Es tiroteada y finalmente rematada por Bufón.”-Se acabó el boom-boom” dice uno de los soldados.

    En el segundo acto, es la figura de Bufón quien cobra importancia, no sólo por su simpatía y optimismo ante tan cruda realidad, sino por su contradicción; Bufón es un humanista que lleva el signo de la paz en el uniforme y el lema “Born to kill” (“Nacido para matar”) garabateado en el casco. De hecho, uno de los coroneles le llama la atención y tras preguntarle que de qué lado está, que “no se haga la picha un lío” y se deje de idioteces. Al final de la película, tras haber dado caza a la francotiradora vietnamita, la tropa de marines se adentra en la noche cantando la canción de Mickey Mouse, (sólo Kubrick se atrevería a tratar así a Disney), mientras oímos la voz en off de Bufón:”-Por hoy ya hemos inscrito de sobra nuestros nombres en las páginas de la historia. Nos largamos hacia el río Perfume, para pasar ahí la noche. Mi cabeza vuelve a estar ocupada por los sueños eróticos y los pezones duros de Carmen calientapollas y la fantasía del gran follar del regreso. Estoy tan feliz de seguir vivo, de una pieza y a punto. Este mundo es una puta mierda, sí, pero estoy vivo y no tengo miedo.” Y empiezan los títulos de crédito con una buena canción de los Rolling Stones. No diré el nombre, para saber su título, tendréis que ver la película. Sólo os daré una pista, no es “Satisfaction”, sino hubiese sido un plagio muy descarado de “Apocalypse Now”.

    La posición radicalmente antimilitarista de Kubrick, queda clara en este film, como en dos de sus películas anteriores: “Senderos de gloria” (1957) y “Teléfono rojo, ¿volamos hacia Moscú?” (1963). “La chaqueta metálica”, da la impresión de ser una película de episodios rodada por dos directores por el mismo reparto. El realismo violento de las escenas de instrucción del comienzo de la película contrasta con el ambiente casi deliberadamente artificial del frente; y mientras el caos mental reina tras el orden despiadado impuesto en la primera mitad del film, el evidente caos de la guerra de Vietnam en la segunda parte revela el orden al que tanto soldados como civiles deben someterse. “Platoon” se estrenó un año antes, tuvo un éxito mayor que ésta, pero yo creo que porque “Full metal jacket” no desarrolla la trama argumental de forma lineal y analiza la guerra desde una distancia crítica en lugar de aprovechar el tema bélico como argumento cinematográfico. La brillante epopeya de Kubrick, tiene una acción salvaje, una buena historia y unos diálogos con una dureza impactante. Estuvo nominada al mejor guión, pero se lo arrebató “Las amistades peligrosas”. Los jóvenes actores, están bien y en cuanto a la dirección del director norteamericano…es Kubrick, sobran las palabras. Aquí queda patente su perfeccionismo, como en el resto de sus películas. Canciones como “Chapel of love”, “Woolly Bully” y “These boots are made for walking”, las escuché aquí por primera vez y me encantaron. Pero insisto, el guión es inolvidable. “-¿Eres tú John Wayne…o soy yo?”




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