viernes, 24 de septiembre de 2010

26.-GREASE

DIRIGIDA POR: Randal Kleiser
INTÉRPRETES: John Travolta, Olivia Newton-John, Jeff Conaway, Stockard Channing, Didi Conn, Frankie Avalon
AÑO: 1978/DURACIÓN: 110’/GÉNERO: Musical

                             

    -“Mis padres quieren conocerte, ¿Por qué no vienes a casa el sábado a tomar el té?”
    -“…No me gusta el té.”
    -“Bueno pues tómate otra cosa.”
    -“No me gustan los padres.”

    Litros de brillantina, brillan en este brillante musical, valga la redundancia. De pequeño, era la película que más veces veía, es puramente entretenida y divertida. No hay más que ver las cuidadas coreografías de los personajes. John Travolta, que ya era famoso, pues venía de hacer la exitosa “Fiebre del sábado noche” (1977), está en pleno apogeo. Fantástico en el papel de Danny Zuko. Le va como anillo al dedo. Y en cuanto a Olivia Newton-John, en la parte final de la película, está impresionante, en todos los sentidos…

    Estamos en los años cincuenta. Danny Zuko (John Travolta) es el líder de los T-Birds en el instituto Rydell. Danny se enamora de la ultra-cursi Sandy Olsson (Olivia Newton-John) durante unas vacaciones fuera de la ciudad y luego él pasa mucha vergüenza cuando la joven se presenta en el instituto y su imagen virginal amenaza con cortarle los vuelos.

    Basada en el musical de Broadway, la película tiene un argumento muy sencillo: Danny Zuko es el chico más “malote” del instituto, que se avergüenza al ver a su novia Sandy, delante de sus amigos, pues ésta es lo contrario que él, extremadamente cursi y ñoña. Y Danny tiene una reputación, pertenece a la banda “más guay”, es la rebeldía personificada, así que no puede ablandarse y rebajarse hasta tal punto. Pero visto que ella no está a gusto con él por su chulería (no entiende que él tiene que mantener una postura delante de sus colegas, porque es un icono, el ídolo de todos/as, le tienen en un pedestal), Danny decide cambiar y hacer deporte, para que se vuelva a fijar en él, pero lo del deporte…no da resultado. El deporte no es lo suyo, dejémoslo allí. Así que finalmente, Danny “se disfraza” de niño pijo para reconquistar a Sandy el último día de curso, en un parque de atracciones, pero ve que ésta ha cambiado el chip por completo y va vestida de lo más sexy  macarra posible. Bailan por última vez con todos los de alrededor y se despiden de ellos en un coche descapotable que vuela*. Si nos ceñimos a esta historia de amor, es un poco pedante o ñoña, pero pasan tantas cosas durante este romance, que son las que verdaderamente sacan a flote la película.
*Fantasía es lo primero que se nos viene a la cabeza, pero querido lector/a, esta es la magia del cine, vale todo, o casi todo.

    Escenas como la de la carrera de coches a lo “Ben-Hur”, el baile de los T-Birds con la estupenda canción de “Grease Lighting”, el baile organizado por el instituto Rydell…etc….También he de mencionar detalles como el vestuario: ¡caray! Resulta tan rematadamente hortera que hasta es gracioso, ver a John Travolta por ejemplo, con un traje negro y camisa y calcetines rosas, o los modelitos que llevan las chicas, en fin, todo un popurri de ropa, música y personajes carismáticos, que a parte del de Danny Zuko y Sandy Olsson, también están los de K-Nick (el brazo derecho de Danny), interpretado por un gran Jeff Conaway, Rizzo (Stockard Channing), la típica fresca del instituto que tiene también su canción solitaria, Didi Conn, haciendo de la llamativa Frenchy, y Frankie Avalon, que es algo así como el consejero celestial de Frenchy.

    La producción tuvo un pequeño problema: Olivia Newton-John tenía ya 29 años antes de empezar a rodar, mientras que John Travolta aún contaba con 23. La diferencia de edad era notable, pero gracias a los milagrosos efectos del maquillaje y vestuario, a penas se notó. Además a John no le importaba para nada, que la chica fuese seis años mayor que él, ya que por aquel entonces estaba empezando a salir con otra mayor que Olivia todavía. Travolta se estaba recuperando de la terrible muerte de su última novia, durante el rodaje de “Fiebre del sábado noche”. La prensa sensacionalista corrió la voz de un posible romance entre los dos protagonistas que la actriz, que mantenía una relación estable, se apresuró en desmentir.

    El rodaje, comenzó justo al inicio de las vacaciones escolares del verano. Pero lógicamente, lo más complicado de la filmación, fueron los números musicales. Eso sí, todo quedó fenomenal y la cinta arrasó en 1978. Superó incluso las recaudaciones del “Superman” de Richard Donner, protagonizado por los difuntos Christopher Reeves y Marlon Brando. Y si la película fue un éxito absoluto, mayor lo fue aún su banda sonora. Fue tal el éxito, que en 1982 los productores se animaron a hacer una segunda parte con otro director y otros actores, el papel protagonista femenino cayó en manos de una joven y desconocida Michelle Pfeifer, pero ni ella se salvó del sonoro fracaso.

    Excelente película, en la que con el género rockabilly mezcla detalles tradicionales como los colores de los coches: el coche blanco es el de los buenos y el negro el de los malos, y éstos por supuesto, nunca pueden ganar, siempre van a salir perdiendo.

    Para los más jóvenes. Lo malo es que todos la hemos visto mil veces.




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