viernes, 24 de septiembre de 2010

30.-APOCALYPSE NOW

DIRIGIDA POR: Francis Ford Coppola
INTÉRPRETES: Martin Sheen, Marlon Brando, Robert Duvall, Dennis Hopper, Frederic Forrest, Larry Fishburne, Harrison Ford
AÑO: 1979/DURACIÓN: 153’/GÉNERO: Bélico

                 

    “Ésta no es una película sobre Vietnam, es Vietnam”. Ésas eran las palabras que pronunciaba Coppola durante el rodaje, dado a que casi le llevó a la ruina, tanto económica como psicológicamente hablando. Este rodaje, fue la guerra, nunca mejor dicho. Uno de los más difíciles (en todos los sentidos) de toda la historia del cine. La produjo él mismo para Zoetrope Estudios. Se empeñó en rodarla en Islas Filipinas, donde les pasó de todo. El clima era parecido al de Vietnam, de acuerdo. Pero cuando empezó el rodaje, en abril de 1976, había una guerra civil contra los rebeldes comunistas bajo el mandato del dictador Marcos. Así que debían negociar con este personaje continuamente. Tampoco tenían la infraestructura necesaria, y lo que es peor, las largas lluvias que no cesaban y un par de tifones devastadores acabaron con la mayor parte del decorado. Para colmo, a las tres semanas del rodaje, Harvey Keitel fue despedido por F. F. Coppola porque a éste no le convencía nada su actuación. Él tenía en mente un protagonista más pasivo, más templado, y ahí es donde entró un semidesconocido Martin Sheen a formar parte del proyecto. Evidentemente este cambio costó una cuantiosa suma de dinero. Pero esto no fue nada comparado con lo que venía después: el Sr. Sheen se pasó tres días borracho, para hacer la primera escena, en la que vemos como rompe un espejo* en la habitación del hotel, a la espera de recibir una misión, con la famosa canción de fondo de “The Doors”,”This is the end”. Suena en la primera y en la última secuencia, gran acierto con el fondo musical. Luego a Martin le dio un ataque al corazón, que casi acaba con su vida. Por otro lado la mayor parte del equipo de rodaje, enfermó de disentería, por no beber agua embotellada. En 1980 les pasó lo mismo a casi todos los que intervinieron en el gran clásico del cine de aventuras, “Indiana Jones, en busca del arca perdida”, de Steven Spielberg, mientras rodaban en Egipto. Algo parecido les pasó a todos los que participaron en la gran obra de John Huston, “La reina de África”, Katherine Hepburn perdió mucho peso en aquel rodaje de 1949 en el corazón de África. No puedo decir lo mismo de Humphrey Bogart y su amigo John Huston, quienes se pegaron todo el rodaje bebiendo ron y ginebra para evitar las continuas picaduras de mosquitos y no tener que contaminarse bebiendo agua. Incluso la embotellada no era potable. Con decirle que después de cepillarse los dientes, se enjaguaban la boca con whisky…. Respecto a Dennis Hopper, fue el que se encargó principalmente de suministrar gran cantidad de drogas (marihuana, L. S. D, hachís, etc….) a todo el que tuviera algo que ver con la película. Y en cuanto a Marlon Brando, a duras penas fue reconocido por el director cuando le vio por primera vez en la jungla después de años sin verse. Se acercó y vio que había engordado al menos veinte kilos. Estaba gordo como una vaca y con la cabeza rapada al cero. Coppola, desesperado, estuvo al borde del colapso físico y psíquico. Tuvo que hipotecar su casa porque estaba en la bancarrota. El rodaje tenía una duración de cuatro meses, bien pues al final fueron quince. Aquello fue una locura, un “desmadre a la americana”, nunca mejor dicho, sólo faltaba John Belushi. Eso sí, con la canción de fondo de “Satisfaction”, de los “Rolling Stones”.
*Al ir totalmente ebrio, rompió el espejo de verdad con sus manos desnudas, luego la sangre que vemos, es real.

    La verdad es que resulta difícil de creer, un rodaje tan complicado, para un argumento tan sencillo: nos situamos en plena guerra de Vietnam, en 1969. El capitán Benjamin L. Willard (Martin Sheen), recibe la misión secreta de localizar y matar al coronel E. Kurtz (Marlon Brando), un condecorado oficial del ejército norteamericano que se ha vuelto loco, y al eludir el control de sus superiores, tiene en su mando en la región despoblada más allá de la frontera camboyana, un ejército de nativos, vietnamitas del sur y soldados de desbandada de E.E.U.U, a los que moviliza arbitrariamente en campañas militares mortales. Willard emprende la búsqueda. Remonta un río en plena selva a bordo de una patrullera. El viaje de éste es en apariencia una aventura de acción, pero de forma igualmente obvia es también una alegoría de la locura de la guerra y un viaje de autodescubrimiento. Y cuanto más se adentra en la selva, cuanto más se acerca a Kurtz, más va aumentando el horror de la guerra para él y sus cuatro acompañantes, quienes son unos críos según el capitán. De hecho uno de ellos, es el soldado Clean de tan sólo diecisiete años (jovencísimo Laurence Fishburne, quien ha hecho las tres partes de “Matrix” de los hermanos Wachowski, o “Mystic river” de Clint Eastwood). Otro es el conductor de la patrullera, que muere alcanzado por una lanza, y los otros dos, son un par de colgados que consumen ácidos para “tener un buen viaje”. Recuerde que estamos en la época hippy, donde sobre todo abunda el L.S.D, la yerba, la música rock…y por entonces reinaban dioses como Jim Morrison, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Mick Jagger….Finalmente, cuando encuentra a Kurtz*, la película se convierte en una búsqueda filosófica de una solución de los misterios insolubles de la locura y la maldad.
*Magistral Brando, que esté lo voluminoso u orondo que esté, siempre seguirá siendo el número uno. El pobre hombre llegó a pesar 160 kilos, y tenía que ir en silla de ruedas, ya por el año 2000. Cuatro años más tarde murió. Contaba con 80 años. Siempre le recordaré como el mejor actor de todos los tiempos.

    Es posible que la película tenga algún defecto que otro. Sin ir más lejos, si la comparamos técnicamente con las dos primeras partes de “El Padrino” (“The Godfather”) dirigidas anteriormente por el mismo director de la década de los setenta, es peor, de acuerdo. Pero no hay duda de que cuenta con un abanico de escenas inolvidables como es por ejemplo cuando el coronel William Kilgore (Robert Duvall) hace sonar a toda castaña “la cabalgata de las valquirias” de Wagner, desde su helicóptero y sirve muerte desde arriba en surtidores de humo y fuego. La escena concluye con Kilgore diciendo en tono confiado:”-Olía a…victoria”. Este carismático coronel, que lleva un sombrero Stetson, le encanta “el olor a napalm por la mañana”. Buena es la escena en la que Kilgore ordena a sus soldados recién llegados a hacer surf en medio de un tiroteo. Este demente coronel, que está como un cencerro, afirma lo siguiente:”-¡Me sobran huevos para hacer surf! ¡Joder mirad qué olas! ¡Ni en California las hay así! ¿el enemigo? ¡Charlie no hace surf!” Notables son también, la secuela de las chicas playboys provocando a los soldados o la de la horrible borrachera de Willard en la habitación del hotel de Saigón. Aunque para horrible, las cabezas cercenadas y el asqueroso hedor que se disipa en el recinto de Kurtz. Y aún más horrible es lo que también espera al incoherente reportero gráfico (Dennis Hopper) y al delirante Brando, cuyo asesinato se intercala con el sacrificio de un buey. Marlon Brando era un actor apuesto, caprichoso y conflictivo, reunía todos los elementos que caracterizan a la estrella clásica del cine. Aportó un método de interpretación que creó escuela y abrió el camino a una generación de jóvenes rebeldes junto a James Dean, Montgomery Clift, Warren Beatty….Pero con el pasar del tiempo, su genio le llevó a traspasar los límites de la cordura y se convirtió en un personaje difícil y extravagante que vivía de la gloria de lo que fue en el pasado.

    La epopeya de Francis F. Coppola fue idea de un guionista belicoso, John Milius (“Conan, el bárbaro”), en colaboración con George Lucas, quien en un principio era quien debía dirigir la película, basada en la novela de Joseph Conrad, “El corazón de las tinieblas”, adaptada a la guerra de Vietnam. Las dificultades del rodaje son legendarias, y han dado pie a varios libros y al documental de 1991, “Corazones de tinieblas: Apocalipsis de un cineasta”. Bueno por lo menos se llevó varios premios, entre ellos, dos merecidos Óscar, a la mejor fotografía y al mejor sonido.

    En el año 2001, Coppola llevó a los cines una versión de 49’ más larga de su película, ¡202’!, con el título de “Apocalypse Now Redux”. Contiene algunas secuencias que en su día fueron víctimas del montaje en la versión antigua y, según el director californiano, responde mucho más a sus intenciones originales. Si bien la versión redux, es sin duda algo más compleja, no implica ninguna modificación ni mejora fundamentales respecto a la primera versión del film. En resumidas cuentas, el público prefiere mayor calidad y menos metraje.

    Gran película del cine bélico, que no fue bien recibida por la crítica norteamericana en 1979, La mejor interpretación de Martin Sheen y Robert Duvall hasta día de hoy. En cuanto al Buda perverso (Marlon Brando), “me quito el sombrero”, y con una canción de “The Doors” en mi cabeza, me despido de usted…”el horror…el horror…”

           








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