sábado, 25 de septiembre de 2010

57.-EL CLUB DE LOS POETAS MUERTOS (DEAD POETS SOCIETY)

DIRIGIDA POR: Peter Weir
INTÉRPRETES: Robin Williams, Robert Sean Leonard, Ethan Hawke
AÑO: 1988/DURACIÓN: 128’/GÉNERO: Drama

                                   


    “-¡Oh capitán, mi capitán!”

    Preciosa y emotiva película de Peter Weir, que diez años más tarde, sería el encargado de dirigir la original comedia titulada “El show de Truman”. “El club de los poetas muertos”, es un apasionante y encantador largometraje en el que cabe destacar un gran guión de Tom Schulman, que ganaría un Oscar por su trabajo y sobre todo la brillante interpretación de Robin Williams y los actores secundarios como Robert Sean Leonard y compañía.

    1959. El profesor John Keating (Robin Williams), es nuevo en la “mejor escuela preparatoria para la universidad americana”. Es una institución de larga tradición de Nueva Inglaterra, situada en la serena Vermont, donde sus principios son: “tradición, disciplina, honor y excelencia”. Keating, que también estudió en esta escuela, les dice a sus alumnos en la primera clase que le acompañen al vestíbulo, para ver las fotografías enmarcadas de cursos pasados. Y según él no hay mucha diferencia entre aquellos adolescentes de principios de siglo que los de ahora, porque tienen en común la misma vitalidad, pasión y testosterona. Lo único, que ahora los gusanos se dan un festín con lo que queda de ellos dos metros bajo tierra. El profesor de literatura, les enseña un montón de cosas a los anonadados chicos, que se quedan alucinados, clase por clase al ver sus originales y eficaces métodos de enseñanza. Toda la clase vive una revelación cuando Keating les anima a romper el denso prólogo de sus antologías: a veces, para comprender algo, hay que tomar medidas drásticas; otras, basta con ponerse de pie en el pupitre para tener otra perspectiva del mundo. Él es muy simple: si no está de acuerdo o encuentra mortalmente aburrido y ñoño un poema por ejemplo, obliga a sus alumnos a que arranquen dicha página y la tiren a la papelera, cosa que ellos al principio flipan, pero no tardan en hacerlo encantados (como haríamos todos, total, menos temario para estudiar). El caso es que todos quedan cautivados con el profesor y aprenden a cultivar juntos su pasión por la poesía y se esfuerzan por emularlo, por lo que revitalizan una organización secreta llamada “El club de los poetas muertos” cuyo pionero fue el mismo Keating cuando estudiaba allí, en Welton. Lo que hacen es muy sencillo: se escapan todas las noches de la institución hasta llegar a una antigua cueva utilizada por los indios americanos para sus ceremonias y una vez allí, leen fragmentos de poemas en voz alta. Todd Anderson (Ethan Hawke), es el que peor lo pasa con estos temas, ya que es tremendamente pudoroso. Al contrario que su compañero de habitación, Neil Perry (Robert Sean Leonard), que siempre le ha encantado la poesía y actuar, por eso vive cuando consigue el papel protagonista de Puck, en una representación de Shakespeare, “El sueño de una noche de verano”. Sus compañeros, Knox Overstreet (Josh Charles) y Charles Dalton (Gale Hansen), están orgullosos de él, y de sí mismos, porque cada uno ha conseguido algo gracias al señor Keating, como superar la terrible timidez, o conquistar a una bellísima muchacha, o no renunciar nunca a tus sueños, digan lo que digan, aunque sea tu padre, como es el caso del pobre Neil, que tiene un padre demasiado exigente y estricto, y cuando éste se entera de que quiere ser actor, a pesar de haber visto lo bien que actuaba en la obra, el señor Perry será el que se encargue de cortarle las alas a su hijo, lo cual acarreará consecuencias catastróficas. Y cuando hay algún conflicto familiar, aquí ya no puede hacer nada el profesor Keating….

    Estoy seguro de que Peter Weir, no situó la historia en 1959 por casualidad, sino porque como el director nació en el 44, en aquella época debía andar cerca de la misma edad que los alumnos de su obra. Ésta es una película maravillosa, con la que aprendes mucho y en la que te das cuenta que la esperanza, es lo último que se pierde. Quien algo quiere, algo le cuesta. Por eso uno ha de guiarse por sus instintos y alcanzar los objetivos que tenga en mente sin que nadie se interponga en su camino, ya que nunca hay que rendirse como Neil y buscar el camino fácil, nunca hay que renunciar a los sueños. Así que chicos/as, debéis verla aunque sea con vuestros padres delante, es más, os aconsejo verla con la familia, así que…” ¡Carpe Diem, aprovechad el momento!”

       

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