sábado, 25 de septiembre de 2010

81.-LEAVING LAS VEGAS

DIRIGIDA POR: Mike Figgis
INTÉRPRETES: Nicolas Cage, Elizabeth Shue
AÑO: 1995/DURACIÓN: 125’/GÉNERO: Drama

                               

    “No se si mi mujer me dejó porque empecé a beber, o empecé a beber porque mi mujer me dejó. Me importa una mierda.”

    Litros y litros de alcohol corren por las venas de Ben, en la ciudad del juego, (Las Vegas). Pero no estará sólo, porque en su particular y desagradable descenso a los infiernos, le acompañará o más bien será testigo la guapa y atractiva Sera.

    Ben (Nicolas Cage), es un guionista de cine normal y corriente, como todos los demás, sólo que tiene un grave problema: es alcohólico. Está “enfermo” como dicen sus compañeros de trabajo. Así que es despedido porque ya no le aguantan más, pero a él no le pilla por sorpresa pues ya lo veía venir. Quema todas sus pertenencias (fotos de su antigua familia que le abandonó, su pasaporte…etc…) y “tira millas” hacia Las Vegas. Y allí será donde se desencadene todo, donde nada más llegar conoce a una bella y joven prostituta llamada Sera (Elizabeth Shue). Ambos se enamoran, pero estas dos almas perdidas saben que su amor será efímero, ya que la relación sentimental entre un borracho y una ramera no podría salir bien. A no ser que nuestro protagonista pusiese algo de su parte, pero tampoco, él ha venido a Las Vegas a matarse bebiendo y nada ni nadie se interpondrá en su camino hacia la autodestrucción. Podríamos pensar que Sera, no es más que un “pasa tiempos”, una simple distracción para Ben, (que le dice cosas muy bonitas y filosóficas cuando está ebrio, o sea casi todo el día), pero no es así. Éste queda totalmente prendado de ella y viceversa. Surge un amor muy fogoso entre los dos, pero está claro que ya es demasiado tarde para que Ben rectifique, se rinda y diga basta. Él ya ha tomado una decisión, y sólo quiere morir en paz, bebiendo a más no poder.

    Esta película, podría compararse a la también dramática “Días de vino y rosas”(1962), de Blake Edwards, en la que Jack Lemmon se “bebe hasta el agua de los floreros”, pero nada comparado con Nicolas Cage, que bebe hasta debajo del agua (literalmente) y no puede ni comer en esta trágica y desgarradora historia. Impresionante debut de Mike Figgis, con una Elizabeth Shue en la mejor interpretación de su carrera, y un Nicolas Cage* impresionante. Se llevó merecidamente el Óscar de la Academia al mejor actor. Me quito el sombrero ante tal actuación y dirección.
*El sobrino de F. F. Coppola, está que se sale. Si ya es buen actor de por sí, aquí lo borda sin lugar a dudas.

                

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