viernes, 24 de septiembre de 2010

42.-EL HONOR DE LOS PRIZZI (PRIZZI´S HONOR)

DIRIGIDA POR: John Huston
INTÉRPRETES: Jack Nicholson, Kathleen Turner, Robert Loggia, William Hickey, Angelica Huston, Lawrence Tierney
AÑO: 1985/DURACIÓN: 129’/GÉNERO: Cine de gángsteres, comedia negra

                                      

    “-Pero…es mi mujer, padrino. ¡No la puedo matar!”

    “El honor de los Prizzi”, es una película sobre la mafia, distinta de todas las demás. Se abre al estilo de “El Padrino” (1972), con una larga secuencia de una boda en la que presentan al público los diversos “miembros de la familia”. Pero en el fondo, los Prizzi son la imagen distorsionada de la familia de Coppola.

    En la boda inicial, Charley Partanna (Jack Nicholson), el asesino más importante de la poderosa familia Prizzi de Nueva York, (que nada tiene que ver con Luca Brasi de los Corleone), se enamora locamente de la atractiva Irene Walker (Kathleen Turner), que al parecer trabaja de asesora fiscal en California. Ambos congenian en seguida y tienen una relación personal bastante apasionante, pero los obstáculos profesionales no tardan en interponerse en su camino. Al volar constantemente de costa a costa del país para estar con su amada, Charley descubre que ella también es una asesina y lo que es peor: sus servicios aún tienen más demanda que los suyos. De hecho, un día le ofrecen 150.000 dólares por liquidar a Charley. Y por si fuera poco, aún surgen más dificultades cuando Irene, que casualmente resulta ser la esposa de un capitán de la policía, con lo que se le echa encima todo el Cuerpo de policía de Nueva York. Charley se encuentra entre la espada y la pared cuando Don Corrado (William Hickey) le ofrece la posibilidad (“sólo teórica”) de elegir entre su esposa y “la familia”.

    Curiosamente, lo cual resulta muy gratificante, el final es idóneo, justo el que la historia requiere, no el que la audiencia podría desear. Aunque el largometraje fue nominado a ocho Oscars, (mejor película, “ director, “ guión, “ actor, “ actor de reparto, “ actriz secundaria, “ vestuario, “ montaje), fue Angelica Huston la única en conseguirlo como actriz de reparto. Hablando de Huston, el maestro John Huston pasó a la historia del cine con “El halcón maltés” (1941) y nos cautivó a todos con “La reina de África” (1950), donde él y su amigo y espléndido actor Humphrey Bogart, bebían día tras día ginebra y whisky para no ser picoteados por los mosquitos y no caer enfermos por la malaria, la disentería, la gonorrea y un montón de enfermedades más que pilló todo el equipo de rodaje, incluida la pobre Kathleen Hepburn, quien lo pasó realmente mal, porque hasta el agua embotellada que les dieron, estaba contaminada. Pero Huston y Bogart, eran fieles a sus principios e incluso se llegó a decir que se cepillaban los dientes con whisky. ¿Alcoholizados todo el día? Sí, pero rara vez borrachos y mucho menos enfermos como el resto del equipo. En fin, hay tanto que contar de este hombre, que a los 79 años, tuvo un gran éxito como éste…con decirle que dos años después, rodó su última película, “Dublineses” (1987) al borde de la muerte, postrado en una camilla y con botella de oxígeno en el plató, es más que suficiente para percatarnos de su perseverancia y constancia a la hora de dirigir películas. Justo después de firmar su cuadragésimo largo, falleció, en 1987.

    Esta es una obra que remite a la Edad de Oro de Holywood y en la que Huston intentó que los miembros de su equipo, dieran lo mejor de sí. Lo consiguió con creces. El maravilloso guión permitió a los experimentados actores jugar libremente con el material y hay ocasiones en las que se aprecia claramente como se dejan llevar. En cuanto al montaje, muy dinámico, junto con una irónica banda sonora, hace que le film no decaiga, y el vestuario, el ideal para una especie de parodia sobre la mafia. Robert Loggia interpretando a Eduardo Prizzi, uno de los hijos de Don Corrado y Lawrence Tierney como el teniente corrupto Hanley, están correctos en sus papeles, y respecto a Kathleen Turner, estaba en pleno apogeo, era una de las sex symbols de los ochenta junto con Kim Basinger, Mickey Rourke…etc…

    Huston nunca ha ofrecido su sombría visión de la naturaleza humana con más astucia o estilo que aquí. Y Nicholson es un actor con una sutileza y un valor a la altura de las cualidades del director. Y si nos paramos a pensar, John Huston logró que la película fuera un “asunto de familia”, en más de un sentido: su hija, Angelica, maravillosa en el papel de la manipuladora nieta del capo de la Mafia, mantuvo una larga relación sentimental con Jack Nicholson en la época. Y William Hickey, el Padrino, un anciano consumido y con arrugas pronunciadas, cuyo rostro recuerda a la áspera piel de un reptil, no sólo era actor, sino también amigo íntimo de Huston. En este sentido, el mensaje subyacente de la película, que la avaricia y la desconfianza son armas letales contra una comunidad, podría muy bien interpretarse como parte del legado personal de este coloso de Hollywood. Fue el gran padre de los desarraigados. Los perdedores, los marginados, los aventureros que persiguen algo con obsesión (ya sea la estatuilla de un halcón, una ballena blanca o un tesoro perdido en alguna montaña), son los eternos protagonistas de su cine, en ocasiones amargo, cínico, pero siempre vibrante y lleno de emoción.

    A pesar de su deprimente final, “El honor de los Prizzi” es, sin lugar a dudas, una joya de la comedia negra, basada en la novela homónima de Richard Condon, que también fue coautor del genial guión.


                



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