jueves, 23 de septiembre de 2010

22.-ALGUIÉN VOLÓ SOBRE EL NIDO DEL CUCO (ONE FLEW OVER THE CUCKOO´S NEST)

DIRIGIDA POR: Milos Forman
INTÉRPRETES: Jack Nicholson, Louise Fletcher, Danny DeVito, Will Bromden
AÑO: 1975/DURACIÓN: 134’/GÉNERO: Drama, adaptación literaria


                            

    “-¿Qué hacemos aquí jefe? ¿Qué hacen dos tipos como nosotros en este puñetero lugar?”

    Randle P. McMurphy (Jack Nicholson), es un delincuente condenado trabajos forzados en un centro penitenciario por violencia. Pero es internado para que le observen y examinen. Aunque está bajo sospecha de que finge estar loco para librarse del duro trabajo de la cárcel. En seguida nos damos cuenta de que es cierto, nuestro protagonista es una persona cuerda, eso sí, un juerguista y alborotador. De hecho es la única persona de todo el sanatorio, que todavía tiene suficiente fantasía e iniciativa para contrarrestar el aburrimiento paralizante que predomina allí. Por eso entra en conflicto con la jefa de las enfermeras, Mildred Ratched (Louise Fletcher), que se ha propuesto organizar los días de forma tan vacía e insulsa como sea posible. Pero Randle no tarda en socavar su autoridad entre los pacientes, tiene madera de liderazgo y éstos le tienen en un pedestal, le idolatran, es como su héroe. Consigue escaparse de la clínica mental con un grupo de pacientes y la divertida excursión acaba en un barco de pesca. Mientras que éstos experimentan, gracias a las actividades de McMurphy, un aumento de autoestima, en la reacción de la enfermera Ratched y su negativa a no tolerar nada que no sea la rutina, se revela el carácter totalitario de su estricto régimen, siempre atrincherado tras una conducta pseudodemocrática.

    Una de las escenas clave de la película, es el momento en el que McMurphy, se percata de que la mayoría de los pacientes (que están como una regadera), está en “la casa de las ventanas enrejadas” por decisión propia, por consiguiente éstos se someten voluntariamente a la tiranía de Ratched y las humillaciones cotidianas. Contrasta con ello una escena en la que McMurphy, quien sí está encarcelado, fracasa en su intento de arrancar un hidrante de mármol de baño, tras lo cual comenta:-“al menos lo he intentado…”Es curioso, porque el carterista Randle no se da cuenta de la seriedad de su situación, y cree que está en un juego, hasta que ya es demasiado tarde para salir de él. En una ocasión, cuando ya estamos por el final de la historia, nuestro protagonista tiene la oportunidad de escapar, tiene la ventana abierta, pero la cámara enfoca su rostro y podemos percibir un arqueo de cejas y sonrisa maliciosa. Para él, el juego continúa y se queda. Digamos que se queda “forzado” por no tener resentimientos con un joven llamado Billy. Éste tiene graves problemas y como buen amigo, McMurphy sólo quiere ayudarle y prefiere quedarse. Me hubiera gustado deciros que es una sabia decisión, pero amigos/as, esto no es un cuento de hadas. Lo cierto es que el cachondeo no va a seguir por mucho tiempo, ya que el personal de la clínica responde ahora con violencia física y psíquica ante la creciente rebeldía de los pacientes. Y aquí es cuando ya me callo, porque no quisiera revelarle el final. Sólo le daré una pequeña pista: McMurphy se lleva la peor parte.

    El público, en seguida simpatiza con el protagonista de la película, pues éste puede que sea un vago y un maleante o pendenciero, pero siempre está de buen humor, es simpático, charlatán y algunas veces, muy gracioso. Sobre todo cuando tras haber recibido una descarga electrizante de no se cuantos voltios, está tremendamente activo. O cuando al ver que la hipócrita enfermera Ratched se sale con la suya al ver que no hay votos suficientes para que Randle y otros más puedan ver importantísimos partidos de béisbol, éste finge verlos gesticulando y gritando con el televisor apagado. Esto sí que es locura. Brillante es la escena en la que al darse cuenta Randle de que uno de los voluntarios para estar en ese lugar, es el muchacho tartamudo Billy, éste le espeta:-“¡Pero chico! ¿Qué haces tú aquí? ¡No eres más que un chaval, deberías estar por ahí fardando en un descapotable!” Una lástima, sí.

    Es extraño, porque ante la duda de la elección entre la cárcel o la “Institución psiquiátrica” por así decirlo, todos elegiríamos esta segunda opción, sobre todo porque es más fácil fugarse. Pero aquí en esta historia nos da a entender que es peor el remedio que la enfermedad. Más le valdría al pobre McMurphy haber elegido “Chirona”, pues en el otro sitio, tampoco le irán las cosas muy bien.

    Papelón de Jack Nicholson, quien venía de interpretar al detective privado de “Chinatown” (1974), de Roman Polanski (amigo y compañero de juergas de Jack por aquel entonces). Este histriónico y genial actor aceptó encantado el papel (rechazado anteriormente por Marlon Brando, Gene Hackman y Burt Reynolds), ganó un merecidísimo Óscar por esta película, pues en mi opinión, es uno de los papeles más difíciles de interpretar de todos. Ha ganado otros dos Óscar por “La fuerza del cariño” (1983) y por “Mejor…imposible” (1999). Pero lo más importante es que ha hecho grandísimos trabajos en un montón de películas que hemos visto, como “Easy rider” (1969) de Dennis Hopper, “Batman” (1989) de Tim Burton, “El cartero siempre llama dos veces” (1981) de Bob Rafelson, “El honor de los Prizzi” (1985) de John Huston…etc…Curiosamente, su compañera de reparto, Louise Fletcher no ha hecho gran cosa después de esta gran interpretación por la que también recibió el Óscar a la mejor actriz. También lo recibieron Laurence Hauben y Bo Goldman al mejor guión, Milos Forman al mejor director y Saul Zaentz y Michael Douglas (menos mal que al final la produjo y no la protagonizó, porque este papel aún le venía grande), a la mejor película. Junto con “El silencio de los corderos” (1991) de Jonathan Demme, es de las pocas que ha recibido las cinco estatuillas más importantes. Lo malo es que ya la hemos visto todos, pero merece la pena volverla a ver, pues sólo con la actuación de Nicholson y la dirección de Forman es impresionante. Es obvio que éste último entiende por “nido del cuco”, algo así como nuestro nido, el mundo en el que vivimos, pobres personas sometidas a la severa autoridad burocrática de unos. Y es alguien no es otro que McMurphy. De ahí el gran título. “Alguien voló sobre el nido del cuco”, fue la segunda película más taquillera del año, después de “Tiburón”. Todo el rodaje transcurrió en el interior de un hospital del estado de Oregón. Antes de empezar a rodar, Nicholson permaneció dos semanas en el centro estudiando el comportamiento de los enfermos. Una vez iniciado el rodaje, numerosos pacientes tuvieron la oportunidad de aparecer como extras en la película. Tal vez el único percance serio que hubo que lamentar fue que un técnico de sonido retiró la pantalla protectora de una de las ventanas para poder pasar un cable de electricidad para los focos. Al poco tiempo, uno de los pacientes saltó por la ventana y quiso volar como Peter Pan. Se rompió varios huesos como consecuencia de la caída. Menos mal que la ventana no estaba a mucha altura, cosa que ignoraba el paciente. El caso es, que al día siguiente, el periódico local tituló así la noticia: “Alguien voló fuera del nido del cuco”.

           

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