viernes, 24 de septiembre de 2010

25.-FIEBRE DEL SÁBADO NOCHE (SATURDAY NIGHT FEVER)

DIRIGIDA POR: John Badham
INTÉRPRETES: John Travolta, Karen Lynn Gorney, Barry Miller
AÑO: 1977/DURACIÓN: 114’/GÉNERO: Película de baile, drama


                            

  “You should be dancing…!! Yeahhhh!!”

    Prepárense: él es Tony Manero, el rey de la disco. No hay más que verle bailar. Es el número uno con diferencia. Esta película, no sólo representa la era de las discotecas de finales de los setenta con sus increíbles pistas de baile, sino también de una moda y una disposición de ánimo que desde entonces han vivido toda una serie de resurrecciones. Cuando se estrenó el film (1977), el legendario Studio 54, ubicado en el sur de Manhattan, cuya creación representó el triunfo de la música discotequera, estaba en pleno apogeo. En adelante, la música de baile dejaría de ser una música para negros y homosexuales y lo sería también para las clases medias blancas. “Fiebre del sábado noche” contribuyó a popularizar la música habitual en las discotecas. El hecho de que actualmente este largometraje que consagró a un John Travolta de tan sólo veintitrés años, sea objeto de culto obedece no sólo al vestuario que configuró decisivamente nuestra imagen de la moda de finales de los setenta, o a la música de los Bee Gees, sino que desde entonces no puede haber en sentido estricto ninguna música pop que no supere la prueba de su condición bailable. “Saturday night fever” es, por otra parte, una película que habla de un grupo de jóvenes encuadrados en un ambiente sociocultural firmemente estructurado, por lo que no deja de representar ciertas similitudes con “Malas calles” (1973) de Martin Scorsese.

    Tony Manero (John Travolta) procede de una familia italo-americana, vive con sus padres, que lo tratan más como a un niño que como a un adulto, y trabaja de vendedor en una ferretería. Busca en las pistas de baile, el reconocimiento que se le niega en casa. Cada sábado por la noche, se reúne con sus amigos en el club 2001, una discoteca en la que la pista de baile está inundada de luces de colores y donde el pinchadiscos siempre tiene en sus labios frases atrevidas. La multitud se divide cuando Tony avanza hacia su mesa con la sonrisa de triunfador; las chicas se vuelven locas, y todos lo aplauden cuando baila él sólo una coreografía que él mismo ha concebido. Tony es un macho distinguido que da mucho valor a su aspecto exterior. Se prepara cuidadosamente en su habitación para la noche en la discoteca, entre fotografías de Al Pacino y Sylvester Stallone caracterizado como Rocky. El ritual siempre es el mismo: se peina recreándose, se pone una camisa ajustada de grandes cuellos, se cuelga una cadena de oro y se sube la cremallera de sus pantalones de forma lasciva. Es muy presumido, pero sobre todo es su forma de moverse lo que lo hace tan irresistible.”-Me gusta verte andar”, le dice Annete, una chica que lo ama de un modo extraño, entre ingenio e imperturbable, y a la que él rechaza hirientemente. La vida de Tony se mueve en el estrecho círculo de su trabajo, su familia, sus bailes y sus mujeres; carece de objetivos y no sabe lo que quiere. (“-¡Que se joda el futuro! ¡Mi futuro es esta noche!”) Sin embargo, las cosas son distintas con Stephanie (Karen Lynn Gorney), la chica de la que está enamorado. Ha dado el salto de Brooklyn a Manhattan, donde trabaja en una agencia, y contempla la vida de Brooklyn con cierto aire de superioridad. Frente a Tony se comporta como una experimentada mujer de mundo que trata todos los días con grandes personalidades, la suya es una actitud por la que ha tenido que luchar muchísimo, y Tony, quien afirma ser muy mañoso, quiere tener lo mismo que ella, porque en el fondo está harto de la vida que lleva, ya que si algo tiene claro es que no quiere trabajar el resto de su vida en una ferretería.

    Por supuesto el film contiene escenas memorables, pero la mejor es sin duda la del baile en solitario que se marca Tony delante de toda la gente de la disco. Éste sí que sabe moverse, eso sí que es bailar.

    Está dirigida enérgicamente y bien interpretada por un joven John Travolta que saltó a la fama con esta película. Lo pasó bastante mal en el rodaje, ya que se murió su novia dos semanas antes de empezar a rodar. Pobrecillo, ahora en el 2009, se ha muerto su hijo de tan sólo 16 años, de una enfermedad terminal.

    “Fiebre del sábado noche”, consigue captar la fuerza de la música disco y los rituales sociales de la gente que la baila. Tuvo una continuación, “Staying Alive-sigue la fiebre” (1983), de Sylvester Stallone aunque os parezca extraño. Pero es floja e infinitamente peor que ésta. A pesar de todas las semejanzas, “Fiebre del sábado noche”, es y seguirá siendo la película de las discotecas por antonomasia de la década de los setenta. Es el único film, que le hará sentir desde lo más profundo el baile. Con su triunfal banda sonora (una de las más vendidas de todos los tiempos) de los Bee Gees, este film es un hito del cine que logró captar la atención del mundo entero. Así que véanla una vez más, arréglense bien, póngase guapos (con pantalones ajustados y camisa embadurnada de colonia) ¡y a bailar se ha dicho!

 






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