viernes, 24 de septiembre de 2010

35.-CONAN, EL BÁRBARO (CONAN THE BARBARIAN)

DIRIGIDA POR: John Milius
INTÉRPRETES: Arnold Schwarzenegger, James Earl Jones, Max Von Sydow, Sandahl Bergman, William Smith, Gerry López
AÑO: 1981/DURACIÓN: 126’/GÉNERO: Adaptación de cómic, aventuras


                            

    “-¿Lo ves? La carne es más fuerte que el acero.”

    Un rostro de expresión estoica y un cuerpo musculoso. El nacimiento de una leyenda. Arnold Schwarzenegger hace su extraordinario debut en una superproducción llevada a cabo por Dino De Laurentiis, John Milius y Oliver Stone.

    Ambientada en un pasado oscuro y distante, después de que la legendaria Atlántida desapareciera tragada por el mar, esta película de fantasía comienza con una escena de bárbaro salvajismo. Una pequeña aldea situada en el frío norte se ve atacada por los secuaces de Thulsa Doom (James Earl Jones). El jefe de la tribu, es el padre de Conan (William Smith, que también fue culturista) es acosado y devorado por los lobos y cuando el único adulto superviviente que queda es su mujer (o sea la madre de Conan), es decapitada por el mismo Thulsa Doom, quien se quita el casco para hacerlo. El poblado es arrasado y quemado, y a los niños se los llevan como esclavos, entre ellos, a Conan (interpretado por un Jorge Sanz de 11 añitos). Los niños prisioneros, son encadenados con un yugo a una noria para extraer el agua de un pozo. Todos mueren uno por uno, todos excepto Conan, que goza de una fortaleza sorprendente, que tras años de trabajos forzados, se ha convertido en un adulto fuerte y robusto (Arnold Schwarzenegger). Tras una infancia señalada por una esclavitud despiadada, ahora es obligado a luchar como gladiador en espectáculos, para la diversión de sus captores. Es enviado al lejano Este para desarrollar sus habilidades de lucha, sobre todo con la espada. Allí, Conan es liberado y comienza una peligrosa y sangrienta búsqueda con el fin de vengar la masacre que hicieron con sus padres. Jura vengarse de Thulsa Doom, líder del culto a la Serpiente, y para ello se alía con la princesa de los ladrones Valeria (Sandahl Bergman) y el mongol Subotai (Gerry López). El rey Osric (Max Von Sydow) los encomienda la misión de rescatar a su hija de las manos del jefe de la secta. Ahora este guerrero, experto en el uso de la espada, aniquilará a sus enemigos, sedientos de sangre, en una aventura de acción que desafía a la muerte y en la que se pondrá a prueba el valor, la fortaleza, el carácter y donde triunfará el bien sobre el mal.

    John Milius, adaptó de forma muy efectiva a la gran pantalla, esta brutal historia, que parece más un cómic que el guión del joven Oliver Stone. Cuenca, con sus paisajes desiertos, sus extrañas formaciones rocosas y sus dramáticos cielos de nubes, fue el escenario perfecto para la película. En lo que respecta a películas comerciales*, el protagonista, Arnie, se encontraba en su mejor momento físico, lo que resultó un factor clave para el éxito de la película. Arnold acababa de retirarse de las competiciones de culturismo, que abarcan desde 1965 a 1980, donde tampoco tenía rival, ya que era todo un portento físico. Le llamaban “el roble austríaco”. Nadie podía entrenar y comer como él, ninguno podía seguir ese ritmo. Tenía mucha perseverancia y ambición, ahí está el secreto. Si nos paramos a pensar, todo lo que se ha propuesto en la vida, lo ha conseguido: primero fue el culturista más mediático de todos los tiempos, luego fue una súper estrella del cine de acción y por último, gobernador de California. Personalmente no estoy de acuerdo con su política, pero respeto enormemente sus logros y todo lo que ha conseguido y nos ha hecho disfrutar a mí y a los de mi generación con sus películas. Estaba tan fuerte, que no podía tener dobles que le sustituyera, así que lo hacía todo él. (“él se lo guisa, él se lo come”). Sus impresionantes músculos, su piel bronceada y la expresión estoica de su rostro contribuyeron de forma decisiva a dar credibilidad al personaje del guerrero bárbaro, que es casi tan exagerado como el del cómic.
*Hay una película que no es ni mucho menos tan comercial como ésta y es su debut cinematográfico: “Hércules en Nueva York” (1970). Aquí todavía más fuerte que en ésta, con 22 añitos y ya con un pecho gigantesco, unos hombros como bolas de cañón y unas venas como tuberías. Gracias a su impresionante físico y su labia (era un dicharachero, un cachondo, siempre bromeando y haciendo amigos), intervino en varias películas de bajo coste en los setenta, pero “Conan” fue la que le catapultó a la fama en el mundo del cine, porque él ya era famoso, había ganado muchas competiciones de culturismo, y aquella década, los setenta, fue la edad dorada del culturismo. La competición más importante era (y lo sigue siendo), el “Mr.Olympia”. Bien, pues lo ganó siete veces. Era invencible. Hoy en día, sólo dos hombres han conseguido batir ese récord (por supuesto él ya retirado), son dos afroamericanos, Lee Haney y el gran Ronnie Coleman, que es uno de mis ídolos.

    La historia real, trata del proceso de civilización de un salvaje, que en un principio no sabe ni siquiera hablar y que sólo gradualmente descubrirá el placer de la civilización y la cultura. Y por otro lado, tenemos a la figura de Thulsa Doom, que vive aislado de los demás dirigentes políticos en un poblado perdido en las montañas, es deificada por sus seguidores. Éstos siguen sus órdenes ciegamente e incluso se entregan a la muerte sin pensarlo, si ése es el deseo de su líder. Brillante es la escena de la orgía a la vez que Thulsa Doom se transforma en serpiente y posteriormente, éste coge una culebra, la endereza, la pone en el arco y antes de soltarla, le dice: “-Busca…” y le da a Valeria (la chica de Conan), que termina muriendo. Otra razón más, para matar al villano que acabó con su pueblo y su familia, y ahora su novia.

    Toda esta aventura, acompañada con la genial música de Basil Poledouris, y teniendo como héroe al bestia más bestia de todos (valga la redundancia), hacen de ella una obra tan salvaje como nostálgica. Y recuerde: “-Lo que no nos mata, nos hace más fuertes.”






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