jueves, 23 de septiembre de 2010

14.-PAPILLÓN

DIRIGIDA POR: Franklin J.Schaffner
INTÉRPRETES: Steve McQueen, Dustin Hoffman
AÑO: 1973/DURACIÓN: 150’/GÉNERO: Drama carcelario, aventuras, novela autobiográfica

                             

    Francia os ha borrado del mapa, de manera que olvidaos de Francia y poneos la ropa*”.Así es como empieza esta película que mezcla el género de aventuras con el drama carcelario. Lo primero, he de hacer constar, que está basada en la novela autobiográfica de Henry Charrière. Básicamente describe las experiencias de un hombre que consigue escapar de una colonia penitenciaria de la Guayana francesa tras varios años de presidio. Se puede decir, que es una película sobre cárceles con un escenario exótico y dos grandes estrellas cinematográficas en los papeles principales, Steve Moqueen como Papillón y Dustin Hoffman como Louis Dega.
*Con estas palabras, despide un comandante a los condenados desnudos que tiene delante, a punto de ser embarcados para la Guayana francesa. Éste es interpretado por Dalton Trumbo quien irónica y paradójicamente estuvo durante muchos años en la Lista Negra de Hollywood, y fue borrado del mapa en su propio país, por presunto comunista. Como no quiso mencionar ningún nombre ante el Comité de Actividades Antinorteamericanas, él mismo pasó varios años en prisión.

    En la novela de Henry, Papillón es un veinteañero, un “chavalín”.Aquí en la película, pasa de los treinta. Papillón (cuyo apodo procede de una mariposa que lleva tatuada en el pecho), es un ladronzuelo de poca monta que es acusado de homicidio por haber asesinado a un proxeneta. Es el año 1931, y es condenado a cadena perpetua, pero lo peor de todo es que él no lo hizo, es inocente. Así que deberá pasar el resto de su vida en unas islas penitenciarias; por otro lado, tenemos a Louis Dega (Dustin Hoffman, quien hace una interpretación formidable) que es un contable que ha falsificado unos importantes documentos y por su culpa ha llevado a la ruina a mucha gente. Estos dos condenados, se conocen durante la travesía en barco desde Francia hasta la Guayana francesa. Dega tiene mucho ingenio, es un tipo que con material de la selva, se puede fabricar unas gafas de ver. Es muy inteligente, pero es retaco, delgado y débil. Lleva dinero escondido en sus propios intestinos para que evidentemente nadie se lo robe. Pero en aquel barco no “se andan con chiquitas”, pues están los criminales más peligrosos del país, y es testigo de ver como le rajan la barriga a otro preso con el fin de quitarle todo el dinero. Ya sabe él que podría tocarle la próxima vez, y como está “más sólo que la una”, e indefenso, Papillón (que es un tipo fuerte y robusto) se ofrece voluntario para protegerle, a cambio de que Dega financie su huída. Ya se ha corrido la voz de quien es Dega, así que muchos convictos están deseosos de ajustarle las cuentas, pues es un famoso estafador, carne de cañón para cierta parte del pasaje presidiario. Papi le defiende, y éste al ser descubierto por los guardias, es enviado a las celdas de castigo del barco. Llegan a su destino y al desembarcar, los dos únicos amigos que se han hecho Dega y Papi son separados, uno de ellos es un joven muchacho de dieciocho añitos que ha enfermado gravemente durante el viaje y se encuentra demasiado asustado para estar donde está. Así que al tratar de huir por la costa, es tiroteado por los crueles guardias. En cuanto al otro, Julot, se autolesiona en una pierna para que le envíen al hospital y una vez allí poder escapar con mayor facilidad. De nuevo los dos aventureros solos, nada más llegar a la isla, son enviados “a los cocodrilos”. Deben de sacar a cocodrilos “aparentemente muertos” de los pantanos. Ésta es una escena con un punto humorístico, pues a ver a Dustin y a Steve intentando coger a un cocodrilo moribundo tiene su gracia. Pero Louis no está hecho para esta clase de trabajos y cuando es atacado por uno de los guardias, Papillón le vuelve a defender y huye a la desesperada. Su huída no tiene éxito y le cogen. Esto le costará dos años en las celdas de castigo, incomunicado y prácticamente a oscuras. El enclenque Dega, sabe que está en deuda con él y por el momento le envía comida a su tétrica celda. Pues gracias a su dinero, el exbanquero ha conseguido un puesto más acomodado en la administración de la cárcel, sobornando a los guardias. Lo malo es que éstos se enteran de que a Papi le han estado suministrando alimentos(cocos), así que le interrogan y torturan para que diga quien ha sido, pero éste es un tipo duro de pelar y mantiene la boca cerrada pese a dejarle a media ración y quitarle la poca luz diurna que tenía. Sobrevive a base de cucarachas y sopas que no me quiero ni imaginar de qué están hechas. Nos hallamos en un tramo de la película, en el que casi no hay diálogo, pero es el mejor, porque vemos como es capaz de sobrevivir un hombre ante tal panorama, creado por el inhumano sistema penitenciario. Pero él consigue quebrantarlo, y una vez cumplido su castigo, sigue teniendo la idea en la cabeza de fugarse. Sólo que esta vez no irá sólo, sino con Dega, el cual al principio se muestra reacio, porque sigue pensando que su abogado lo sacará de allí. Pero al final, tras un altercado con el típico preso chivato, no le queda más remedio que fugarse con Papi y otro convicto más, que se ha apuntado a última hora. Los tres hombres logran huir con éxito, pero no por mucho tiempo, ya que después de todos los incidentes que han tenido en su fuga, dos de ellos son apresados en la playa de una desconocida isla. Papillón consigue huir nuevamente y es acogido por un pueblo indígena. Esta es la parte más armoniosa del film, en la que tampoco hay diálogo, pero no hace falta porque se sobreentiende que nuestro protagonista ha encontrado la paz, sintiéndose libre y teniendo un romance con una india, mientras escuchamos una bonita melodía de fondo. Pero en esta película, la felicidad es efímera, pues un día todo eso se acaba y él consigue refugiarse en un convento donde la jefa de las monjas le delata y encima se queda con las pertenencias que le había dado a cambio de su silencio. Así que de vuelta a las andadas, Papillón regresa a la celda de incomunicación y esta vez serán en vez de dos, cinco años de castigo. Sus dos compañeros de fugas, ya llevan ahí un tiempo cumpliendo sus respectivos castigos. Dega y Papillón sobreviven y son enviados a la llamada “Isla del Diablo”. Una isla cerca de la Guayana francesa, que está rodeada de acantilados y tiburones de la cual “teóricamente” es imposible escapar…lo que está claro es que Papi es duro de mollera y sigue teniendo en su tozuda mente el ansioso deseo por fugarse hacia la libertad. Así que… ¿lo logrará…?.

    Pero no todo es fatalidad y crueldad en este film, porque también tiene momentos tiernos y cómicos, como es la secuela en la que los tres presos son casi incapaces de subir un simple muro de lo debilitados que están. De hecho uno de ellos se fractura un tobillo. No sabes si reír o llorar…

    He querido hacer una minuciosa descripción sobre esta película, porque sencillamente es otra de mis preferidas. Tiene un buenísimo argumento, como ya he dicho anteriormente, basada en la novela de Henry Charrière. Y los actores, están increíbles. McQueen está en la mejor forma de su carrera (artísticamente hablando) y Hoffman, no baja la guardia, habiendo hecho ya papeles que le catapultaron a la fama como es el caso de “El graduado” (1967) de Mike Nichols o “Cowboy de medianoche” (1969) junto con un gran John Voight, o “Pequeño gran hombre” (1970) en la que interpreta a un anciano, ¡de 121 años! Es obvio que la fotografía y el montaje, son excelentes. En cuanto al maquillaje, está muy logrado. Se dice que Steve Moqueen no quiso adelgazar para las escenas de la celda de castigo, en las que se denota un empeoramiento considerable, así que en lugar de perder peso, se puso un uniforme de prisionero tres tallas más grande y efectivamente, da el pego. Vaya figura….Y respecto a la música, de Jerry Goldsmith, tiene momentos acaramelados y momentos tensos. Este prolífico compositor, fue nominado al Oscar innumerables veces, pero se lo llevó por “La profecía” (“The omen”) (1976), de Richard Donner.

    Para recordar, el “discursito” que le da el alcaide a Papillón, en el área de reclusión, antes de ser encerrado en la celda de castigo:-“Aquí la regla es el silencio total. No pretendemos que esto sea un Centro de Rehabilitación. No somos sacerdotes, somos transformadores. Un conservero de carne convierte a los animales en comida, nosotros convertimos a los hombres peligrosos en inofensivos. Lo conseguimos quebrantando a los rebeldes su moral, su fuerza y su mente. Te torturarán extraños pensamientos, pero aleja de tu cabeza toda esperanza, y mastúrbate lo menos posible, debilita mucho. Es todo, lleváoslo.”



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