viernes, 24 de septiembre de 2010

46.-CUENTA CONMIGO (STAND BY ME)

DIRIGIDA POR: Rob Reiner
INTÉRPRETES: Will Wheaton, River Phoenix, Corey Feldman, Richard Dreyfuss, Kiefer Sutherland, Bradley Gregg, John Cusack
AÑO: 1986/DURACIÓN: 89’/GÉNERO: Drama adolescente

                            

    -“¿Os gustaría ir a ver a un muerto…?”

    Me encantan las películas con narrador/a, es decir las que llevan voz en off. Y ésta es una de ellas, la primera que ví con esta característica. Todavía me acuerdo: era el verano del 89, yo sólo contaba con seis años cuando la alquilé en VHS con mis amigos de clase. Éramos una pandilla de gamberretes y nos gustó muchísimo, sobre todo la escena de “culo-grasa”, o la de las sanguijuelas. Podría decir que este film toca el tema de aventuras (por todo lo que les pasa a los chavales), o el tema del drama (por como acaba), pero ante todo es una película que subraya el valor de la amistad. Y nos hace ponernos nostálgicos y decir: ¡Qué tiempos aquellos! Y es que no hay ninguna duda, en que si hay una etapa en la vida en la que te lo pasabas pipa, ésa era la niñez. En la adolescencia también lo pasabas estupendamente, sí, pero eran ya otro tipo de diversiones porque tenía más cosas en la cabeza; en la niñez, te lo pasabas bomba con nada, te ponías de barro hasta arriba jugando a peleas o al fútbol con los amigos en los recreos y te daba igual, no te importaba mojarte cuando llovía o ir poco abrigado, dormías fenomenal, no te enterabas de nada, es decir que si había alguna mala noticia, siempre sería el último en coscarte, gastabas bromas y hacías gamberradas por ahí (nunca con maldad claro), y si en algún momento estabas sólo, sin tus amigos (que eran como tus hermanos porque hasta compartías la bañera con ellos para jugar a guerras y tal), te metías entre pecho y espalda un par de sándwiches de nocilla, y a jugar con los muñecos “Gijoes” y los de “Wrestlemania” un buen rato.

    Basada en la novela de Stephen King, titulada “El cuerpo” (The body”), la película empieza con la melodía del clásico de Ben E. King, “Stand by me”. Y vemos a un hombre adulto (Richard Dreyfuss), pensando dentro de su coche, entre los dorados maizales, mientras el sol brilla. Y entonces la acción se traslada al verano de 1959 y empieza a narrar una historia sobre cuatro inseparables amigos de un pequeño pueblo de Oregón. Son el temerario Chris Chambers (River Phoenix), un chaval de origen humilde, el alocado Teddy Duchamp (Corey Feldman), que le encanta todo lo que tenga que ver con el ejército porque su padre luchó en el desembarco de Normandía, el grueso y tímido Vern Tessio (Jerry O’ Donnell), que, como casi todos los niños gorditos, siempre es el blanco de todas las bromas y el reflexivo Gordie Lachance (Will Wheaton), un niño que ha sufrido el durísimo golpe de perder a su hermano mayor Dennis (John Cusack), en un accidente de coche. Era un hermano encantador con todo el mundo al que Gordie idolatraba, ahora es hijo único. Pero tiene mucha imaginación, y un don para escribir y contar historias. Es nuestro narrador.

    Los cuatro niños tienen doce años, tres de ellos se hallan en una pequeña cabaña situada en un árbol, el refugio habitual de ellos. Están pasando el rato, jugando a las cartas, leyendo tebeos, fumando, soltando tacos…hasta que Vern llega con noticias frescas: mientras cavaba bajo el porche de su casa para encontrar su tesoro*, escucha la conversación entre su hermano mayor y su amigo: un chico del pueblo fue atropellado la semana anterior por un tren, a unos treinta kilómetros y aún no han encontrado el cadáver. Y aquí es cuando Vern les propone si les gustaría ir a ver a un muerto; los otros tres muchachos se quedan atónitos y aceptan ya que si encuentran el cadáver del chico, podrían salir sus nombres en los periódicos e incluso salir por televisión o recibir medallas. Los cuatro deciden hacer esa excursión, diciéndoles a sus padres que uno se va a dormir a casa del otro y viceversa, (vamos lo típico que hacíamos siempre). Y entonces empieza un largo camino, que los llevará de la infancia a las puertas de la adolescencia.
*Vern llevaba meses cavando, porque tenía cierta cantidad de dinero ahorrado y decidió meterlo en un cofre de juguete, enterrarlo bajo el porche de su casa y hacer un mapa, para luego buscarlo según las directrices del mapa. Pero un dí su madre tiró sin querer dicho mapa mientras limpiaba su habitación y desde entonces, Vern sigue cavando sin cesar, porque sin la ayuda del mapa, el pobre no tenía ni la más remota idea de donde estaba enterrado su tesoro.

    En esta excursión, tendrán que superar muchas pruebas: escapar del asqueroso dueño de una chatarrería y su perro Chopper que no es ni mucho menos como se imaginaban de peligroso (según los rumores del pueblo), correr como locos junto a un puente que atraviesa la vía mientras se acerca un tren, atravesar un riachuelo lleno de sanguijuelas y por fin encontrarse con otra pandilla rival, mayores que ellos, que rozan la veintena y son los chicos duros del pueblo, liderados por Ace Merill (Kiefer Sutherland) y su brazo derecho “Carambola” Chambers (Bradley Gregg), hermano mayor de Chris (que por supuesto se odian mutuamente). Lo que quieren Ace y sus secuaces es llevarse el cadáver, pero nuestros cuatro valientes chicos han llegado antes y les pertenece. Así que esta vez no se saldrán con la suya los mayores, no cuando Gordie apunte con un revólver a Ace cuando éste se disponía a matar con una navaja a Chris por haberle dicho:”-¿Por qué no vas a casa y te follas a tu madre?” Acto seguido, Chris le dice que si quieren llevarse el cadáver tendrá que matarle. El chaval tiene agallas como nadie. Y entonces será cuando su mejor amigo, Gordie, le salve apuntando al chulo de Ace con la pistola. Gran escena.

    En el transcurso de estas aventuras, el espectador podrá percatarse claramente del contraste entre dos grupos: Teddy y Vern, que todavía son pequeños y muy niños, y Chris y Gordie, que son más maduros. Mientras Teddy y Vern discuten sobre si Superman es capaz de vencer a Super Ratón, Chris y Gordie tienen cosas más importantes de qué hablar. Chris sufre por la mala reputación de su familia, estigmatizada por su fama de mentirosos y ladrones; por eso lo culpan automáticamente cuando desaparece una pequeña cantidad de dinero del colegio. Por otro lado, Gordie parece haberse convertido este verano en el chico invisible. Desde que su hermano mayor falleció cuatro meses antes, (abril del 59), sus padres apenas se dan cuanta de que existe. Su madre ni pronuncia palabra alguna desde entonces, no habla con nadie. Y su padre, siempre prefirió a Dennis, su ojito derecho, un as en los deportes. Por eso Gordie al final, dice entre sollozos:”-me odia…mi padre me odia…” Y para colmo, suele tener siempre pesadillas en la que se encuentra en el funeral de su hermano y su padre le coge del hombro, le mira fijamente a los ojos y le dice:”-debiste ser tu Gordie…”

    En esta historia, la muerte tiene una presencia constante: el cadáver que buscan, el hermano muerto de Gordie, la valentía que tienen que demostrar en la vía para no ser arrollados por el tren, y un revólver que Chris ha robado del escritorio de su padre. Y al final, mientras un Gordie adulto (Richard Dreyfuss) está terminando de narrar la historia, somos puestos al corriente de que uno de los cuatro amigos moriría años después al ser acuchillado en la garganta cuando éste intentaba hacer de pacificador en una pelea entre dos extraños en la cola del cine. Tenía toda una vida por delante, pues contra todo pronóstico, había llegado a ser abogado. Se trataba de Chris. Una verdadera lástima sí, para mí era el mejor de los cuatro.

    Los actores son unos críos, pero están fenomenal en sus respectivos papeles, sobre todo Corey Feldman, que venía de interpretar a “Bocazas” en “Los Goonies” (1985), de Richard Donner, Kiefer Sutherland, que este tipo de papeles de macarra más chulo que un ocho le van como un guante y River Phoenix, que en paz descanse. Es la mejor actuación de su breve carrera. Murió de una sobredosis en la puerta de una discoteca de Los Ángeles, la noche de Halloween del 93, con 23 añitos. Sus amigos y compañeros de juergas Keanu Reeves y Christian Slater (ambos actores precoces también), estaban allí aquella trágica noche.

    Respecto a la música, es del mismo estilo que la de “American Graffitti” (1973), de George Lucas. Es infalible. Todas esas canciones yanquis de la década de los cincuenta, como “Lollipop” de The Chordettes, “Everyday” de Buddy Holly, “Great balls of fire” de Jerry Lee Lewis o “Yakety Yak” de The Coasters…son buenísimas, gustan o suelen gustar a todo el mundo.

    Insisto, ésta es una película, que trata sobre el difícil paso de la niñez a la adolescencia, pero sin caer en la ñoñería, no es infantil para nada, al contrario que unos cuantos Films que la han imitado incluso cambiando de sexo, en vez de cuatro niños, cuatro niñas. En fin, sin comentarios…sólo se que estos cuatro jóvenes aventureros, descubren a lo largo del verano que la mayor esperanza reside en la amistad y en la confianza en uno mismo. Si queréis pasar un buen rato, y saber como se juega al “béisbol-buzones”, debéis verla. Una vez alguien me dijo que los auténticos amigos, los mejores amigos, se hacen de pequeño. Qué razón tenía….







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